El plasma rico en plaquetas es una terapia que consiste en extraer sangre del propio paciente y someterla a un proceso de centrifugación selectiva para obtener un preparado con los componentes de la sangre que son beneficiosos para el pene por sus propiedades.

Tras separar de la sangre, se obtiene un concentrado plaquetario activado, rico en factores de crecimiento y de regeneración tisular con propiedades reparadoras de los tejidos en los que se inyecta. El PRP activa una estimulación y regeneración de nuevos tejidos y la creación de nuevos vasos sanguíneos en el pene. Cuando los vasos sanguíneos se llenan de sangre le dan dureza al pene por aumento de la circulación en su interior, mejorando las erecciones y la satisfacción sexual.

Es un proceso que se realiza de forma ambulatoria y que no requiere preparación previa. Se lleva a cabo con anestesia local por lo que es totalmente indoloro y llevado a cabo por urólogos especializados en medicina sexual y este tipo de técnicas.

Se realiza una extracción de sangre de su brazo (unos 20 ml) y esa sangre se procesa para obtener el plasma rico en factores de crecimiento. Posteriormente se aplica mediante una aguja muy fina y con anestesia local a los cuerpos cavernosos del pene.
Después de cada sesión el paciente puede regresar después de cada sesión a su vida cotidiana (casa o el trabajo) sin ningún inconveniente.

Duración:
Aplicación mensual por 6 meses.

Son ondas de presión que se mueven y desplazan a través de un medio a la velocidad del sonido. Desde un punto de vista médico, se han utilizado desde 1981 las ondas de choque de alta intensidad para la fragmentación de los cálculos renales y ureterales.

Cuando se usan a intensidades medias su uso es predominantemente ortopédico (dolores y lesiones musculares y articulares) Pero las que empleamos para tratar la disfunción eréctil, son de baja energía o baja intensidad, diferentes a las empleadas para la fragmentación de cálculos.

La terapia con ondas de choque ha demostrado ser un tratamiento muy efectivo en el manejo clínico de varios tipos de disfunción eréctil, un problema generalizado que afecta a muchos hombres en la actualidad, sobre todo a partir de cierta edad.

Las ondas de choque de baja intensidad son ondas vibratorias que emite un instrumento especial con fines médicos justo en el sitio exacto del órgano, lesión o tejido que se pretende restaurar.
Estas ondas sonoras de baja intensidad tienen la capacidad de:

Este es un tratamiento libre de fármacos, sin efectos secundarios, que incluso presenta resultados efectivos apacientes que no pueden usar, o presentan resistencia drogas como el sistencia a medicamentos como el sildenafil, tadalafil entre otros inhibidores.

• Incrementar el aporte sanguíneo de los tejidos.
• Favorecer la elasticidad de los vasos sanguíneos.
• Promover la creación de nuevas redes vasculares (proceso denominado neo – vascularización).

Recientemente, múltiples estudios han demostrado que las ondas de choque favorecen la neovascularización (angiogénesis), es decir, la formación de nuevos vasos sanguíneos mediante estimulación de factores de crecimiento y producen un efecto beneficioso sobre la circulación sanguínea.

Este punto es muy importante ya que permite regenerar los vasos arteriales milimétricos deteriorados que hay en el pene de pacientes con disfunción eréctil.

El efecto máximo en la formación de nuevos vasos sanguíneos se piensa que se alcanza al mes de finalizar el tratamiento.

En pacientes con Enfermedad de La Peyronie (fibrosis, deformidad y endurecimiento de las cubiertas del pene) las ondas de choque mejoran el dolor y la erección actuando sobre la placa de fibrosis y sobre el tejido responsable de la erección.

El tratamiento consiste en una sesión semanal en la que se aplican en total 5000 ondas de choque de baja energía en varias zonas del pene para poder actuar sobre la totalidad del tejido eréctil. Se realizan 6 sesiones (una por semana) y cada sesión tiene una duración aproximada de 15-20 minutos.

Este procedimiento consiste, en la aplicación de ácido hialuronico en el glande, que además de aumentar el volumen de éste, disminuye la sensibilidad, siendo uno de los tratamientos más eficaces para la eyaculación precoz.

La presencia del ácido hialurónico determina un aumento del espesor de la piel del glande y por consiguiente, una menor estimulación de las terminaciones nerviosas internas, reduciendo su sensibilidad. Con ello, el tiempo de las relaciones se alarga significativamente.

Gracias a este tratamiento, el paciente no tiene que utilizar cremas o anestésicos tópicos que entumen el pene, ni tiene que tomar medicamentos que producen múltiples efectos secundarios.

El procedimiento es absolutamente sencillo, rápido y exento de complicaciones.
Tras anestesiar el pene, se inyectan de 2 a 3 ampollas de ácido hialurónico en la capa superficial del glande, aumentando con ello, el volumen del mismo y sobre todo, creando una barrera física entre el exterior y las terminaciones nerviosas, reduciendo la sensibilidad.

De este modo, el tiempo se incrementa hasta seis veces con respecto al momento anterior a la inyección
El ácido hialurónico es un polímero que no genera alergias y es usado muy frecuentemente con fines estéticos.
Esta sustancia se reabsorbe de manera natural y sus efectos pueden durar de dos a tres años, según han demostrado los estudios científicos realizados.

Los resultados de los estudios clínicos han evidenciado la eficacia de este método en un 75% de los casos tratados, ya sea en el aumento del tiempo de duración de las relaciones, y en mayor satisfacción de la pareja.
• El aumento del volumen del glande es de un 20%
• El aumento del volumen del glande puede mejorar la estética y el placer sexual de la lareja (mayor roce).
• Desde el punto de vista de la sensibilidad, el paciente no percibe variaciones significativas.